El Área de castigo

"Mucha gente piensa que el fútbol es un juego a vida o muerte, pero es mucho más importante que eso"
William Shankly (1913-1981) Mítico entrenador inglés

lunes, 19 de abril de 2010

Deudas

Llegaba el Getafe a su isla, Tenerife, la tierra de Sergio Pachón. No lo hacía desde el mítico 19 de junio de 2004 (día del ascenso). Sólo Belenguer, que acudió con muletas entonces, permanece en la plantilla. En juego la lucha por la supervivencia frente a la ilusión por Europa. El Tenerife quemando finales, el Getafe ardiente por crecer.

Y fútbol. Partido sin miramientos, es lo bonito del final de Liga, nadie especula. Los chicharreros fueron recibidos por medio millar de aficionados, al son de una tamborada que recordaba a los carnavales de Brasil. Los pelos de punta. Uno empieza a entender que ese equipo no se rinda. Esa ciudad es futbolera y empuja de verdad.

El Geta vuelve a deparar momentos de brillantez superlativa. Toca, manda, y mata. Pero también perdona, y a un gladiador hay que bajarle el pulgar antes de que tome aliento. No fue el caso, Manu, el César del partido, perdonó la vida a los insulares que se encomendaron a su jefe.


Irrumpió Nino, el mercenario del gol, respira y pega, ataca y muerde. Gol. Uno, otro... DNI reconocible, 13 goles le contemplan. Se hartó de hacer muescas en Segunda, ahora trabaja en el Coliseum. La raza del Tenerife puede con el talento. Pero aparece Casquero y alivia. Dura poco, otra vez Nino, saluda a su niño de tres años que a su edad ya sabe quién es su papá, qué es y a qué se dedica.

No hay tiempo, el Getafe cae en la arena del Heliodoro. Reverencia a su verdugo. Era la deuda que tenía, allí consiguió su victoria más memorable, y le tocó recordar que los pequeños se hacen grandes de vez en cuando. Cuenta saldada. Falla el Athletic y el viaje ya no es tan triste. Habrá otras batallas, otras deudas por saldar. Será pronto, el domingo en el Coliseum, en su arena, ante el verdugo de Copa, el Sevilla. Vendetta.

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