El Área de castigo

"Mucha gente piensa que el fútbol es un juego a vida o muerte, pero es mucho más importante que eso"
William Shankly (1913-1981) Mítico entrenador inglés

martes, 13 de abril de 2010

Se va un pepinero

Así se ha despedido Luis Ángel Duque del CD Leganés y así se denomina al aficionado de ese club. Para el que no lo conozca, Duque es el único entrenador que le subió a Segunda (1992-93), un hombre ligado a la entidad durante 20 años, un trozo de su escudo. Lo ha hecho a su manera, en un acto repleto de guiños a su gente y lleno de emotividad. Duque es así, alguien que vive con pasión todo lo que hace. Y así se va.

Sin rencores pero con nostalgia. Lo ha hecho en Butarque, su segunda casa. En una comparencia en la que una amplia representación de la plantilla ha querido estar con él. En una muestra más de que estamos ante alguien muy especial. Se puede estar más o menos de acuerdo con sus ideas futbolísticas, pero no se le puede achacar nada respecto a su implicación y esfuerzo.



“El Leganés es la hija que nunca tuve”, ha dicho visiblemente emocionado (Luis Ángel tiene dos hijos). Así ha querido dejar claro sus sentimientos, aunque creo que eso ya lo sabe todo el mundo que le conoce.

Tan temperamental como noble, tan peculiar como transparente, el ya ex entrenador y director deportivo del CD Leganés no ha cerrado las puertas a su vuelta, pero a mí me huele a viaje sin retorno. Aunque con Duque y el Lega nunca se sabe, ambos están condenados a volver a verse, porque se quieren, porque se hacen sufrir y porque se entienden.

Hasta que eso se vuelva a producir, su familia descansará, ya no será él el culpable de todos los males del Lega, ya podrá tomar una cerveza en su pueblo sin tener que escuchar tonterías, hasta entonces, buen viaje 'Tigre'.

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